En el arte textil se denota la influencia irania, especialmente saris y chales de Cachemira con adornos florales. El diseño de vanguardia fue cultivado también por Sonia Delaunay, cercana como su marido Robert al arte abstracto y al orfismo, una variante del cubismo. En indumentaria masculina, se prescindía de prendas y detalles superfluos, como chalecos, tirantes, solapas y bajos vueltos en los pantalones. En el atuendo femenino apareció el corsé, que ceñía la cintura, así como un tipo de enaguas con aros llamado verdugado, del que existían varios tipos: el español estaba formado por unas enaguas armadas con ballenas, que se acampanaba hacia abajo; el francés o «de rueda» tenía forma de rueda en la cintura, desde donde caía verticalmente hacia abajo; el italiano se levantaba por detrás con un cojín.