Otra leyenda cuenta que la selección nipona optó por el azul en homenaje a las aguas que rodean las islas nacionales. No voy a justificar a los empresarios españoles que cometen fraude o atentan contra los derechos de los trabajadores, pero si estas prácticas no ocurrieran seguramente no tendrían que recurrir a estas artimañas para garantizar su supervivencia. Al igual que ellos, los trabajadores se ven forzados a aceptan estas condiciones para poder dar de comer a sus hijos, ya que es cada vez más difícil obtener un derecho fundamental que todos creíamos logrado en este siglo: un trabajo digno.